Las leyendas urbanas (del inglés urban legend) son relatos pertenecientes al folclore contemporáneo; se trata de un tipo de leyenda o tradición popular, a veces emparentable con un tipo de superstición, que, pese a contener elementos sobrenaturales o inverosímiles, se presentan como crónica de hechos reales sucedidos en la actualidad. Algunos parten de hechos reales, pero éstos son exagerados, distorsionados o mezclados con datos ficticios. Circulan a través del boca a boca, correo electrónico o medios de comunicación como prensa, radio, televisión o Internet. Suelen tener como trasfondo una «moraleja».
Una misma leyenda urbana puede llegar a tener infinidad de versiones, situadas generalmente en el entorno de aquellos que las narran y reciben. Por su adecuación a la sociedad industrial y al mundo moderno reciben el calificativo de «urbanas», que las opone a aquellas leyendas que, habiendo sido objeto de creencia en el pasado, han perdido su vigencia y se identifican con épocas pasadas. A menudo, el narrador afirma que los protagonistas de la leyenda urbana fueron conocidos o parientes de alguna persona cercana. Por este motivo, en inglés se las conoce también como FOAF (friend of a friend tales: ‘historias del amigo de un amigo’).
Para que una historia ficticia se convierta en leyenda urbana es preciso que se difunda de forma espontánea como verdadera y que la información alcance cierto reconocimiento popular.
El rasgo más importante de las leyendas urbanas es su carácter internacional. La leyenda urbana puede inspirarse en cualquier fuente, pero incluye a menudo un elemento misterioso, incomprensible o chocante. Rara vez resulta posible localizar el origen preciso de una leyenda urbana. Cuando el investigador se enfrenta a una de ellas, se encuentra con varios relatos extendidos por distintas zonas, construidos a partir de un mismo esquema, pero adornados con detalles muy variados en función de su localización.
Las leyendas urbanas tienen una estructura más compleja (planteamiento, nudo y desenlace) que los chismes, rumores y bulos. No pretenden, como éstos, desacreditar a una persona en concreto, sino que abordan una «problemática» que afecta a muchas personas. Generalmente cuentan historias que nos alertan sobre posibles peligros que nos pueden acechar en nuestra vida diaria. De modo que la trama está urdida en función del desenlace, en el que a menudo se concentra el mensaje o moraleja, tal como sucede en las fábulas o cuento de hadas.
La leyenda urbana se encuentra en el límite de la credibilidad. Todas incluyen hechos falsos pero algunas toman elementos de la realidad o están basadas en algún hecho real. Por eso, la leyenda urbana suele contarse como si fuera un suceso verdadero o, al menos, verosímil. Esto exige que los personajes sean meros arquetipos anónimos, «un hombre», «una mujer», «una pareja» o «un conocido de un amigo», el cual el narrador de la leyenda urbana no conoce personalmente, aunque situados siempre en escenarios concretos (una determinada ciudad, calle, país) que contribuyen a hacerla creíble. A menudo, el protagonista es un «amigo de un amigo», relativamente cercano al oyente, pero no tanto que resulte viable consultarle sobre los hechos. Con el paso del tiempo, los elementos de la narración se transforman para volverla más atractiva e impactante.
Desde finales del siglo XX, Internet ha contribuido notablemente a la difusión de las leyendas urbanas, especialmente a través del correo electrónico. Las adaptaciones de las mismas en la red, además de por lo anteriormente comentado, se caracterizan por: añadir frases con alertas catastróficas, citar fuentes de confianza (medios de comunicación, fuerzas del estado, etc.) y rogar que la información sea difundida para evitar que más personas resulten afectadas.
Varios ejemplos: http://es.wikipedia.org/wiki/Portal:Leyendas_Urbanas