Después de 111 años, la Comunidad de los Padres Paúles de Villafranca del Bierzo abandonará a finales de octubre la que ha sido su casa en la Pequeña Compostela, un edificio que data del siglo XVII y que en sus tiempos fue el convento de los Padres Jesuitas y se convirtió en seminario para quienes deseaban seguir la senda marcada por esta Misión, San Nicolás el Real, además parte del convento era también hotel.
En el aire queda el futuro del convento y de la Iglesia de San Nicolás, declarada Bien de Interés Turístico Cultural, y dice adiós un colegio de prestigio ahogado ahora por la falta de seminaristas.