La fotografía post mortem se generalizó en Europa y América durante el siglo XIX. La práctica de fotografiar a los familiares después de la muerte comenzó a extenderse a raíz de que en la década de 1860 el precio de las “instantaneas” bajó mucho, y por ende, estaba al alcance de la mayoría de personas de la sociedad de la época.
Esta práctica tenía ya sus antecedentes en la pintura, pues ya en el siglo XVI era algo común pintar al fallecido recientemente, por lo general un clérigo o una monja, ya fuese acostados o sentados.
Vía: felixcasanova.blogspot.com/2010/08/las-fotografias-post-mortem-un-recuerdo