Un fuego fatuo (en latín ignis fatuus) es un fenómeno consistente en pequeñas llamas fluctuantes a poca distancia del suelo, sobre todo en zonas pantanosas o cementerios, siempre al aire libre. Son luces pálidas, normalmente de color azulado, que suelen verse al anochecer o durar hasta avanzada la noche, tal vez debido al cambio de temperaturas (enfriamiento de la tierra, antes calentada por el sol).
– Algunas teorías afirman que pueden estar producidos por la inflamación de ciertas materias (fósforo, principalmente o metano) que se elevan de las sustancias animales o vegetales en putrefacción, y forman esas pequeñas llamas.
Otros ven más probable organismos bioluminiscentes (por ejemplo hongos fluorecentes) o la fosforescencia natural de las sales de calcio presentes en las osamentas provocan la luz. Ambas causas explicarían su preemiencia en cementerios y pantanos.
– Otras explicaciones teóricas incluyen la presencia de electricidad, como los rayos globulares (centella, rayo en bola o esfera luminosa relacionada con las tormentas eléctricas) o la emanación de luz por parte de corrientes eléctricas producidas naturalmente. Las teorías basadas en fenómenos eléctricos explican más fácilmente el movimiento aparentemente libre atribuido a las luces y la reacción de éstas a la introducción de objetos cercanos (incluyendo seres humanos).
Lo cierto es que aún no hay una explicación clara sobre que son y como se producen. Existen muchas leyendas sobre ellos, lo que hace que muchas personas sean reacias a aceptar explicaciones científicas, ya que desde antaño se ha relacionado este fenómeno como el alma de un ser fallecido, quizá por su frecuencia a producirse en cementerios, donde es más facil que sea visto por personas que aquellos que se producen en pantanos.
Históricamente son conocidas en numerosas mitologías a lo largo de todo el mundo, como espíritus de muertos, fantasmas, niños sin bautizar, seres malignos sobrenaturales, hadas, con diferentes funciones, avisar de una desgracia, guardianes de tesoros, espíritus atormentados que no pueden continuar al otro mundo, seres malvados que quieren causar la muerte o perdición de viajeros nocturnos.