Nueve fuentes de la época borbónica, siglo XVIII, salpican diversos rincones de la capital leonesa y sus aledaños, estas reformas se encuadraban en las ideas de la Ilustración y de su consecuencia política, el Despotismo Ilustrado.
– La Fuente de San Isidoro, ahora frente del edificio de la Audiencia, antes enclavada en el centro de la plaza. Se construyó en 1787, en el reinado de Carlos III.
– La Fuente de Neptuno, la más viajera de la ciudad. En sus inicios (1789) estaba situada en la plaza de la Catedral. Durante la IIª República se trasladó a la Plaza Mayor. Con el nuevo orden franquista, fue desmontada y almacenada. Hoy en día está en el Parque de San Francisco.
– La Fuente de San Marcelo, emplazada justo delante del edificio de Botines, es uno de los lugares de encuentro de la capital.
– La Fuente del Mercado, en medio de la entrañable Plaza del Grano, se alza esta obra del año 1789. diseñada por el fontanero municipal Isidro Cruela. Representa la metáfora de los dos ríos de la ciudad, el Bernesga y el Torío.
– El Caño Badillo, probablemente ya fue una fuente en época medieval, según nos indica el arco gótico que lo enmarca. Pero en 1788 fue reparada, si bien con una austeridad muy acentuada.
– La Fuente de San Martín, da paso desde la Plaza Mayor a la iglesia de San Martín. Es de 1781 (reinado de Carlos IV), aunque también se cree que podía existir desde el S. XVII.
– La Fuente del Arca principal, ya desaparecida, estaba situada junto a un depósito de agua en Puerta Castillo. Fue realizada en el reinado de Carlos III. Cerca de su antiguo emplazamiento, está el pequeño caño de la Plaza del Espolón.
– La Copona y el Portillo. Situadas estratégicamente en las entradas a León desde Asturias y desde Castilla, respectivamente, abastecían de agua a los caminantes y las caballerías.