La muestra reúne por primera vez las principales obras del artista correspondientes a su estancia en Roma y los años siguientes a su establecimiento en Nápoles, en el año 1616. Se trata de una etapa de su producción apenas conocida hasta hace pocos años y que ha generado un interesante e intenso debate entre los historiadores, aún sin cerrar. En total, 32 piezas que permiten comparar los cuadros más importantes y profundizar en el conocimiento de su sucesión cronológica y en la importancia que tuvieron para el desarrollo del caravaggismo romano. Del 5 de abril al 31 de julio en el Museo del Prado.
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Ampliado hasta el 28 de agosto.
revistadearte.com – 03/04/2011
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