El castillo de San Felices de los Gallegos se encuentra en el municipio del mismo nombre, fronterizo con Portugal, en la provincia de Salamanca. El actual propietario era el sacerdote Francisco de Dios, cuyo padre se lo compró a la Casa de Alba en 1925 cuando sus paisanos querían adueñarse de él para aprovechar la cantería. Ahora ha decidido que a su muerte el edificio pase a ser propiedad del Ayuntamiento para que los vecinos puedan aprovecharse de su rentabilidad económica.
El Castillo lo construyo el Rey portugués Don Dionis a finales del siglo XIII. En el siglo XV construyen la muralla que tiene forma redonda y en el XVII la que tiene forma de estrella.