La historia del arte ya no es un dogma inmutable. En el siglo XXI, museos de todo el mundo se enfrentan a la necesidad de redefinir periodos, recuperar artistas olvidados, bajar a otros de su pedestal… Cánones que parecían incuestionables dejan de serlo y surgen así voces que hablan desde puntos de vista que nunca antes la historia oficial había tenido en cuenta.