El 6 de septiembre se celebra el «Día internacional de la sensibilización de los buitres», aprovechando este evento vamos a hablar del buitre leonado, ya que en España se reproduce el 94% de la población europea de buitre leonado, suponiendo un importante reclamo del turismo ornitológico para España, dado que en el resto de Europa están o extinguidas o sus poblaciones son muy pequeñas.
El buitre leonado (Gyps fulvus), llamado así por el color de la mayor parte de sus plumas,de color ocre o canelo, es una de las mayores aves rapaces que puede encontrarse en la península ibérica, con una envergadura de hasta 260 cm y hasta 10 kg de peso. Es una de las pocas especies de buitres que pueden verse en Europa, pues se le puede encontrar en España, Portugal, zonas aisladas de Francia (reintroducido) e Italia, parte de los Balcanes y Crimea.
Las zonas habitadas por los buitres leonados suelen ser montañosas, aunque cualquier extraplomado de más de 50 metros e inaccesible les sirve de buitrera. Las zonas montañosas recortadas por profundos valles, en donde se producen brisas ascendentes causadas por el calentamiento de las laderas orientadas al sol, son las ideales, ya que aprovechan las corrientes de aire caliente para ascender volando en círculos, planeando.
Está especialmente adaptado para alimentarse de carroña: su potente vista localiza cualquier cadáver en las cercanías, introduce sin problemas su cabeza y largo cuello, provistos únicamente de un plumón corto y blanco en el que la sangre y la carne no se adhieren fácilmente.
Aunque no se considera una especie especialmente amenazada, el buitre leonado es un ave protegida en varios países. En otros tiempos los ganaderos perseguían y mataban a los buitres por considerarlas aves de mal agüero, que amenazaban al ganado próximo a parir. Sus principales amenazas son el envenenamiento, la falta de alimentos por no permitir, por normativa de la UE, el abandono de animales muertos en el campo y la destrucción de su hábitat.
En España se considera fuera de peligro aunque está catalogado como especie «De interés especial» desde el 5 de abril de 1990, igualmente así se la califica en los catálogos regionales de Navarra, Castilla-La Mancha, Madrid y Extremadura. Como «Vulnerable» en el del País Vasco y como «Extinguida» en el de Murcia.