Un amuleto puede ser cualquier cosa, cualquier objeto en el que creamos y depositemos nuestras esperanzas y deseos, lo que más cuenta en su poder no es el objeto en sí sino la intención que pongamos en él.
A peser de ello, existen una serie de características para que cualquier objeto sea un amuleto: qué representa, de que esta hecho, cual es su origen, que tenga vida propia:
– Objetos que, por lo que representan, tradicionalmente han tomado estos poderes como amuleto (que no talismán): Herradura, trebol de 4 hojas, llave, buho, elefante, pata de conejo (o liebre), cuerno de la abundancia, ranas, manos, cruces, campanillas, etc.
– Igualmente existen metales y piedras (preciosas o no) que, por sí mismas, poseen estos mismos poderes. El jade en China, el lapislázuli en Egipto, el oro para los Aztecas, etc.
– También se incluyen objetos por su origen, de donde viene, quien te lo ha traido, como sería para los católicos el agua de Lourdes.
– Otro tipo de amuletos son los elementos naturales, plantas, animales etc. Un ejemplo, los druidas, que otorgaban diferentes capacidades a los diferentes árboles (y por extensión a un trozo de estos, astillas, resinas, ramas, etc).
Por supuesto estos grupos se combinan, dando mayor poder a los objetos, según lo que representan, el material en que están hechos, su origen, etc.
Algunos ejemplos:
– Egipto
– Plantas |
– Pentagrama
– Mano |