El unicornio es una criatura mitológica representada habitualmente como un caballo blanco con patas de antílope, barba de chivo, cola de jabalí o de león y un cuerno en espiral en la frente. En las representaciones modernas, sin embargo, es idéntico a un caballo, excepto por el cuerno.
Existen tres hipótesis que intentan explicar la aparición de la leyenda del unicornio en Europa:
Las primeras versiones del mito son griegas, del siglo V a. C., por el del médico griego Ctesias, que afirmó haberlo visto en la India como un animal silvestre con la apariencia de un caballo, pero con el cuerpo albo, la cabeza púrpura y los ojos de color azul intenso. El cuerno de esta prodigiosa bestia, según la descripción de Ctesias, era negro con la punta roja y la base blanca.
Se describe como un animal de hábitos solitarios, esquivo y igualmente agresivo, así que su caza era particularmente difícil. La caza al unicornio, sobre todo en la Edad Media, se explica poque se creía que su cuerno tenía propiedades medicinales que permitían sanar problemas estomacales, epilepsia o envenenamientos, alargando la vida de aquellos que mezclaban cuerno de unicornio molido con su comida. También podía purificar las aguas.
A su vez simbolizaba la virginidad, es por ello que se creía que la peligrosa caza del unicornio se simplificaba mucho cuando los cazadores usaban una joven virgen con la que atraer a la criatura y amansarla, de forma que matarlo resultaba mucho más sencillo.
Seres mitológicos como el unicornio siguen resultando de interés en la actualidad, a pesar de creerse fantásticos, inexistentes, algunos ejemplos: Zapatillas de unicornio, carne en lata de unicornio, unicornio de dedos.