Lilit o Lilith (del hebreo: ?????) es una figura legendaria del folclore judío, de origen mesopotámico. El origen de Lilit parece hallarse en demonios femeninos mesopotámicos, en los nombres de esta familia de demonios aparece la palabra lil, que significa ‘viento’, ‘aire’ o ‘espíritu’. Se la representa con el aspecto de una mujer muy hermosa, con el pelo largo y rizado, generalmente rubia o pelirroja, y a veces alada.
Se la considera la primera esposa de Adán, anterior a Eva. Según la leyenda (que no aparece en la Biblia), dios creo dos mujeres, una a su imagen y semejanza (como Adán) y como esta no le satisfacía (no aceptaba sus órdenes por considerarse su igual) después creó a Eva de una costilla de Adán (que al ser menos que él, debía obedecerle porque le «pertenecía»).
Lilith abandonó el Edén por propia iniciativa (no fué expulsada, como Adán y Eva) y se instaló junto al mar Rojo, uniéndose allí con el angel/demonio Samael, que se convirtió en su amante, y con otros demonios. Con el tiempo, se convirtió en un demonio que rapta a los niños en sus cunas por la noche y se une a los hombres como un súcubo, engendrando hijos (los lilim) con el semen que los varones derraman involuntariamente cuando están durmiendo (polución nocturna).
La figura y leyenda de Lilit y sobre todo su rebelión hacia Adán ha llevado a algunas feministas a convertirla en símbolo de la liberación sexual y de la lucha contra el patriarcado. Por su naturaleza nocturna, algunos han querido ver en ella a la primera vampiresa, por lo que constituye un icono de la subcultura gótica, que exalta su belleza inquietante y siniestra.
Lilith se asimila a diferentes divinidades y monstruos femeninos presentes en la mitología clásica: Lamia o Empusa (hijas de Hékate); las harpías y las estriges; las erinias o furias; las moiras o parcas, las grayas y las gorgonas. En todas estas figuras femeninas se repiten las alusiones a muerte de hombres y niños.
