La güija o ouija es un tablero dotado de letras y números con el que supuestamente se puede entablar contacto con los espíritus de los difuntos. Es muy similar al juego de la copa, en el que se coloca una copa boca abajo rodeada por las letras del alfabeto y los participantes colocan el dedo índice en la base de la misma.
Es un tablero en el que se encuentran grabados y representados todos los caracteres del alfabeto, los números de 0 a 9 y en un lugar preferente el Si y el No, este es el tablero básico con el que se suele practicar la Ouija ya que permite acortar el tiempo de formación del mensaje y hacer la sesión más rápida que solo con letras.
Como guía se utiliza una tablilla (planchette) acabada en punta o flecha, una arandela o cualquier otro artefacto que pueda cumplir una función señaladora, como planchette o tablilla se puede utilizar también un vaso (preferiblemente de cristal).
El tablero güija tiene un origen impreciso, situado en la moda espiritista que inundaba Occidente hacia finales del siglo XIX, y que dio lugar a una patente registrada el 28 de mayo de 1890 declarando al estadounidense Elijah Jefferson Bond como su inventor, y a William H. A. Maupin y Charles W. Kennard como titulares.
No está claro si Bond o los titulares inventaron realmente algo o simplemente patentaron una de las muchas planchettes (‘planchitas’) o «tablas parlantes» para comunicarse con los espíritus que circulaban por Europa y Estados Unidos. En todo caso, Kennard creó la empresa para la fabricación del tablero y comenzó a vender los primeros ejemplares en 1890 afirmando que su origen se remontaba hasta la época egipcia, aunque no presentó ninguna evidencia que probara tal afirmación.
El tablero güija tiene como objetivo el contacto (con o sin entrar en un trance mental) de las personas que participan en el juego con supuestos espíritus (fallecidos, seres sobrenaturales como demonios o incluso con seres extraterrestres), lo cual al situarse en el campo de lo paranormal puede convertir esta actividad en peligrosa para la salud física y mental de los participantes.
Son numerosos los casos de personas que dicen haber contactado con entidades «sobrenaturales» pero también los casos de personas que reconocen haber hecho «trampas» y mover ellos mismos la tablilla, otras teorías indican que podría ser un movimiento involuntario de los participantes dejándose llevar por la tensión, hacia las respuestas que creen más probables.