Se llamaba En, aunque en algunos casos ha pasado a la historia como Ende. Ella misma se encargó de que su legado no desapareciera, y debajo de una gran letra Omega aparecen los nombres del escriba y los iluminadores: En depintrix et D(e)I aiutrix frater Emeritus et presbiter (En, pintora y sierva de Dios, (y) Emeterius, sacerdote), en el Beato de Gerona, S. X sobre los comentarios que el Beato de Liébana realizó en el S. VIII al Apocalipsis de San Juan, en el escriptorium del Monasterio de Tábara (Zamora).