Ruin Lust, una exposición en la Tate Britain del 4 de marzo al 18 de mayo del 2014, ofrece una guía de los tristes, emocionantes, cómicos y perversos usos de ruinas en el arte desde el siglo XVII hasta nuestros días. La exposición es la de más amplio alcance sobre el tema hasta la fecha, e incluye más de 100 obras de artistas como JMWTurner, John Constable, John Martin, Eduardo Paolozzi, Rachel Whiteread y Tacita Dean.
El gusto por las ruinas, se corresponde con el sentimiento romántico (con fuerza en el S. XVII e inicios del S.XIX), en una doble vertiente, la fascinación nostálgica por las construcciones fruto del genio de los hombres de épocas anteriores, más fértiles intelectualmente que la suya, por otro lado la certeza y fascinación ante la potencia destructora de la Naturaleza y del Tiempo, la supremacía del orden natural por encima de la voluntad de la Humanidad. Se sigue una filosofía panteísta (según la cual el Universo, la Naturaleza y Dios son equivalentes). Es una concepción opuesta a los ideales ilustrados, pues ve el destino de la humanidad bajo una luz trágica o pesimista. La idea que los seres humanos no están por encima de las fuerzas de la Naturaleza entra en contradicción con los ideales de la Antigua Grecia y del Renacimiento, en los que la Humanidad estaba por encima de todas las cosas y era dueña de su destino. Este pensamiento llevó a los artistas románticos a representar lo sublime, iglesias en ruinas, naufragios, masacres y locura.