Gustav Klimt (Viena, 1862 – 1918) fue un pintor simbolista austríaco, y uno de los más conspicuos representantes del movimiento modernista de la secesión vienesa. Klimt pintó lienzos y murales con un estilo personal muy ornamentado, que también manifestó a través de objetos de artesanía, como los que se encuentran reunidos en la Galería de la Secesión vienesa. Intelectualmente afín a cierto ideario romántico, Klimt encontró en el desnudo femenino una de sus más recurrentes fuentes de inspiración, obras archiconocidas son El beso (1907-1908) o su Judith con la cabeza de Holofernes (1901).
Si tenéis la posibilidad y lujo de viajar hasta la ciudad de Viena, ciudad natal y fúnebre del maestro, no deberíais dejar pasar la oportunidad de visitar este año, 150 aniversario de su nacimiento, cualquiera de las galerías y/o museos que exponen obras de este genial artista; aquí algunos ejemplos.
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