La urbe leonesa, surgida del primer asentamiento de la legio VI romana, vivió su época de mayor esplendor en la alta edad media. La «idea imperial leonesa» había permitido la construcción de un gran núcleo urbano referente en la península ibérica.
La capital del viejo reino fue perdiendo poder institucional y político a favor de otra ciudad, Valladolid. En 1348, con la peste negra, León vivió un duro revés demográfico, del que ya no se sobrepuso hasta bien entrado el siglo XIX.
Urbanísticamente, el plano de su recinto, apenas sufrió modificaciones de importancia. El casco viejo fue hijo del campamento diseñado por los romanos asentados en la unión del río Torio y el Bernesga. Tan sólo en la baja edad media se llevó a cabo el recrecimiento de la ciudad con la construcción de las cercas medievales que insertaban en la ciudad al antiguo barrio artesano.