Llaman poderosamente la atención seis tableros a uno y otro lado de la silla prioral, en el coro bajo. Tres de ellos están situados en el lado de la Epístola [izquierda]. Se trata de la representación de la Muerte en tres momentos sucesivos de su preparación de una tumba para el humano elegido, pues toda la humanidad está abocada a la muerte; de izquierda a derecha son:
– La Muerte con una azada al hombro y el texto: OMNE NATU/M OCCIDO [mato a todo nacido];
– La Muerte llevando al hombro un ataúd, acompañada de la inscripción PRINCIPES / NON / DIVIDO [No divido a los príncipes];
– La Muerte con la flecha presta a disparar, y la inscripción NEMINI / PARCO [no perdono a nadie] [tableros 12, 13, 14].
Los tres tableros correspondientes del lado del evangelio muestran de izquierda a derecha:
– Un jinete a caballo girando la cabeza y la inscripción: COR VULNERERATUM SENTIO [Siento herido el corazón] [16].
– Un caballero tocado con gorro de caza mira hacia la izquierda, y la inscripción EVADERE NON VALEO [No puedo evadirme] [17].
– Un tercer caballero con una especie de casco gira también su cabeza hacia la izquierda, y la inscripción FUGERE NUNC NEQUEO [No puedo huir ahora] [18].
Estos tableros desarrollan una escena posiblemente relacionada con la «Leyenda de los tres vivos y los tres Muertos» o con la «Danza de la Muerte», se justifica dicha posibilidad identificando los tres personajes descarnados con los tres muertos y los tres jinetes con los tres vivos.
Tanto las figuras como los textos podrían igualmete responder a otros códigos, más vinculados con los conceptos generales relativos al triunfo de la muerte y a la fragilidad de la vida, presentes en los siglos bajomedievales y en la edad moderna. Se trata de temas que la historia del arte contempla a lo largo de su historia, como no podía ser de otra manera, visto que conmueven a la humanidad. ideológica con las representaciones de la sillería. Ognia omo more [Todo hombre muere] recoge algunos textos y multitud de imágenes ilustrativas de la misma materia.