La provincia de León acoge tumbas de gran valor artístico e histórico, que se reparten entre los diversos cementerios y los grandes monumentos religiosos, en la capital, además de los panteones reales de la Colegiata de San Isidoro (el denominado Panteón de los Reyes. una de las obras cumbre pictóricas del Románico), la Catedra lde León (del rey Ordoño II, los obispos Juan Martínez y Rodrigo de Vergara, y la asesinada Doña Sancha) contamos con el cementerio de León, entre cuyas tumbas destacan:
– La de Julio del Campo, cantero y arquitecto de origen palentino, que descansa en un mausoleo en el que yace su figura abrazada a sus libros. Corona la tumba una calavera alada que sostiene un reloj de arena. Cabe destacar su epitafio, en el que se lee: «Con mi fe, mis herramientas y mis libros».
– Victoriano Crémer, poeta, periodista y novelista que yace en el llamado «bosque de las almas», el autor del Himno a León, José Pinto Maestro, el político lacianiego Secundino Gómez, en un panteón de mármol, adornado con pequeñas columnas y rematado por un ángel de bronce.
– Dentro de este espacio se encuentra también la llamativa capilla de los hombres ilustres, mausoleo de homenaje a los hijos más destacados de la provincia, que hoy sólo acoge las tumbas simbólicas de Félix Gordón Ordás y su mujer Consuelo Carmona, aunque las cenizas del presidente del Gobierno en la República fueron esparcidas por su familia en un lugar abierto.
La llamada «capilla laica», monumento en memoria de las víctimas del franquismo en León, es uno de las obras más modernas del cementerio. Se trata de una estructura de tapias de cemento, con siluetas de acero, que recuerdan las dos mil personas abatidas en Puente Castro durante la contienda.
El cementerio destaca también por ser uno de los pocos de España que ofrecen terreno a la fe musulmana, en una parcela que alberga alrededor de 15 tumbas, la mayoría de ellas de niños o bebés recién nacidos.
En otras localidades de la provincia se pueden encontrar también cementerios de interés o las tumbas de célebres nombres locales:
El cementerio neomudéjar de La Bañeza.
En Astorga el cementerio de la localidad guarda la tumba familiar de los Panero, en la que descansa el poeta Leopoldo Panero, reconocido dentro de la Generación del 36. En el recinto se puede encontrar también la tumba al prolífico escritor y académico Alonso Luengo.
El cementerio de Ponferrada acoge en sus terrenos el mausoleo dedicado a los hijos ilustres de la ciudad, en el que descansan Miguel Fustegueras Valdés, gran mecenas de la ciudad, y Amalio Fernández, notorio fotógrafo de la ciudad, entre otros.
Vía: diariodeleon.es – 27/08/2013